Tanu es uno de los pocos espíritus femeninos que participa en la ceremonia del Háayn. Su aparición es bastante fugaz, en cosa de minutos se muestra y con eso basta para infundir cierto temor en quienes la ven. Tanu proviene del inframundo, por lo que no es un espíritu benevolente.
La caracterización de este espíritu es bastante particular: a diferencia de la mayoría de los espíritus, ésta no es
en base a pintura corporal, sino a pintura sobre un gran manto de cuero, el cual es decorado con colores negro, rojo y blanco.
Este cuero cubre un armazón hecho de corteza y arcos, el cual es puesto sobre la espalda de un hombre, quien caracteriza a este espíritu caminando de espaldas.
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